
¡Victoria!
Me presenté hace poco a una oposición y en el test de personalidad saqué muy buenas puntuaciones en casi todos los marcadores, pero un cero en orientación al logro.
Eso me hizo pensar.
También saqué un 6 sobre 10 en sinceridad. Teniendo en cuenta que fuí bastante sincero al contestar, por no decir sincero por completo, no se muy bien cómo me puntuaron, la verdad. Algo falló y se que no fuí yo diciendo lo que sentía con mis respuestas, porque dije lo que sentía con la mano en el corazón, se lo creyera el test o no.
Una amiga mía que también se presentó al examen está convencida de que si llega a mentir a saco y a ser coherente con sus mentiras (algo que se puede entrenar bastante bien, por desgracia), la aprueban.
Pero lo del logro me dejó preocupado.
Porque puede que sea cierto que no estoy orientado al logro tal y como se definía en el test, que era de un modo bastante superficial y patatero, es decir, reducido a la autopromoción, el ascenso, el éxito social y ganar más dinero o promocionarse dentro del escalafón.
Aquí tengo algunas cosas que decir al respecto.

Lo conseguí
El logro tal y como lo consideramos en la sociedad occidental es una maldición y lo es por las siguientes razones:
1.-Un desmedido afán de éxito y logro proviene siempre de una tremenda carencia y necesidad de demostrarse a uno mismo y a los demás cosas. Es una forma de llamar la atención.
2.-Muchas de esa personas a las que admiramos por su éxito (del tipo que sea) no son otra cosa que sujetos carenciados tratando de impresionar a otros, vendiéndonos una falsa imagen de si mismos o tratando de que confundamos lo que logran con lo que son.
3.-Y no, señores, lograr y ser no son la misma cosa.
Si eres de los que piensa que te defines por lo que consigues éstas muy equivocad@. Lo que consigues es ajeno a ti, no eres tu. Ni siquiera tus capacidades te dan o te restan valor.
Son buenas para tu desempeño en la vida, pero tu vales y eres digno de amor por lo que eres, con independencia de tu capacidad para lograr ésto o aquello.
Me pregunto porqué en el test se incidía en ese tipo concreto de orientación al logro y autoestima socialmente aceptada y no en una verdadera autoestima del individuo tal y como se define en los nuevos paradigmas psicológicos.
Porque la autoestima conceptualizada como una autoevaluación en términos de logro, conlleva a una profunda inseguridad.
Aquí abajo un enlace a la página Psyciencia , en la que se nos previene contra el dañino y falso concepto de autoestima que hasta hoy hemos estado imponiendo al mundo y que ha quedado obsoleto y relegado en los nuevos paradigmas de la terapia y la psicología.
https://www.psyciencia.com/la-autoestima-concepto-danino/
En éste sentido, lo reconozco, no tengo orientación a ese logro antes citado, definido como perder el culo por hacerme más rico, ganar más, lograr más, conseguir más, apropiarme de más o que me anden poniendo medallas y galones de ninguna clase.
Yo ya Soy y solo por eso merezco todo el amor del mundo y toda mi consideración como persona.
Mi vida no es una meritocracia en la que obtengo el valor por lo que logro o dejo de lograr… y los meritócratas no me causan -ya desde niño- la menor admiración.
Yo admiro a la gente feliz, venga de donde venga, la gente auténtica, la gente que ya es y que no necesita ser, tener nada ni lograr nada más que lo que ya son para ser completa y merecer todo el amor del mundo.

autoamor
Gente que pierde el culo por ascender, trepar, ganar más dinero, lograr más premios o reconocimiento me traen al fresco.
Porque por debajo siempre veo la tremenda necesidad de eficacia y resultadismo en sus vidas, la necesidad de lograr cosas ajenas a ellos mismos, porque no sienten que ya son, porque no fueron vistos de niños ni valorados por lo que eran, sino por lo que conseguían. Esa falta de amor tremenda recibida entonces se la llevan dentro y para siempre, para el resto de sus vidas. Ya nunca serán capaces de amarse ni de amar a nadie por lo que son, sino solo por lo que logran y consiguen, en el ámbito que sea.
Lo he visto en coaches, jefes de empresa, líderes de opinión, deportistas, actores, escritores, médicos, abogados, amigos … en fin… es un mal muy extendido.

El líder suele ser el que más necesita ser visto, admirado y considerado por otros
A veces éstas personas se resquebrajan y empiezan a conectar con las verdades que llevan dentro. Unos beben, otros tienen trastornos alimentarios, otros duermen mal, otros deberían haberse separado de sus parejas hacía años, otros han vivido una vida que no querían vivir… en fin, los casos son múltiples y están a la orden del día.
No os creáis las maravillosas vidas de todos esos y esas a los que admiráis, son básicamente mentira.
Esta mentalidad meritocrática idiota, impuesta desde la empresa moderna, las escuelas de negocios y la sociedad industrial, de conseguir más, vender más, lograr más, acumular más, es la causante de que estemos comiéndonos los recursos del planeta y de que consumamos en ocho meses lo que el planeta tarda doce en producir.

nos comemos el planeta
También consigue hacer de las personas carcasas vacías de insatisfacción o afán constante, esforzándose por lograr objetos y objetivos ajenos a ellas mismas que nunca los colman ni llenan el tremendo vacío interior que sienten, pero que no se atreven a reconocer o ni siquiera consiguen llevar al consciente para poder resolver el problema.
Porque dentro de un exitópata, en esa lógica del resultadismo, a un logro debe seguirle otro logro y a ese otro. Nunca es suficiente, nunca sabemos parar.
Los logristas se han convertido en una plaga en el mundo.
Dirigen países, partidos políticos, departamentos comerciales, lideran organizaciones y contagian y contaminan al resto con sus perniciosos y lamentables agujeros personales que les impulsan a más, más y más.
En resumen, a ese logro que nos quieren vender como verdadero, efectivamente, yo como individuo no estoy orientado.
Y gracias a Dios que no lo estoy.
Si todos lo estuviéramos nos hubiéramos comido los recursos del planeta hace ya varios siglos y seríamos máquinas de lograr y acumular, máquinas biológicas sin alma, como lo son tantas personas.
Pero no, por suerte aún quedamos unos cuantos, los suficientes, y aún queda esperanza.
Deja de intentar y prueba a quererte tal como eres.
Ya eres suficiente, con tus defectos, con tus virtudes.
Ya mereces la pena seas quien tu seas.