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por Eugenio Sar/ Eugenio Sánchez Arrate

Lo siento, amig@s, éste verano me lo he tomado con calma y el descanso, por lo que respecta al blog, (en realidad los varios blogs que tengo, más los varios que vienen de camino) ha sido un poco más largo que de costumbre. Necesitaba reposar, coger aliento, arrascarme la tripa, aclarar ideas, concentrar intenciones y definir sueños, con esa caótica profundidad de búfalo enamorado que me caracteriza.

Por suerte, algunos de mis trabajos funcionan solos y VerDeVerdad, el blog de Espiritualidad y Nueva Conciencia, ya ronda las 40.000 visitas desde que el año empezó… y sin colgar una sola entrada en más de un mes durante éste verano.

Tampoco van mal mi blog personal, el Guasinton Post http://psicotaipan.tumblr.com/ (alojado en Tumblr por aquello de experimentar otras plataformas) y el Cuaderno Infinito http://333eugeniosar.wordpress.com/, dedicado a mi poesía.

Podría dormirme en los laureles y pasarme otros dos meses sin actualizar contenidos, la inercia ya es suficiente para sostener las tres publicaciones y otras más que tengo por la red, pero debo continuar trabajando y escribiendo.

Además, me apetece.

Esta semana estoy dedicado, entre otros menesteres como las consultas, los cursos y mis cuentos para el próximo libro, a dibujar el Mapa Mental (una técnica antigua muy extendida y divulgada por el gran Tony Buzan) del nuevo camino que quiero afrontar en los meses venideros.

El Retonno (como decían los humoristas Martes y Trece) llega con el año escolar ya empezado, pero al fin llega.

Comprended que los escritores/terapeutas también somos animalillos de Dios y necesitamos un respiro, tomar aire, coger carrerilla. Vienen tiempos duros y los acontecimientos, así como la gallofa política reinante en tantos lugares y países, no deben sorprendernos con la guardia baja.

De éste verano fresquito rescato lo bueno que es dormir tapado muchas noches, las siestas y ratos de lectura en el Retiro, las charlas metafísicas y terapeúticas con el sanador y amigo Jesús Cayola; un fin de semana en Zarzalejo de lo más chamánico y divertido con Esperanza Marco de León y amigos; casi diez días en Villar del Ala, en buenísima compañía, recorriendo los montes y paisajes de la Soria más mágica con Julio García, Carmina Andújar, Remedios San Nicolás y un puñado de buenos compañeros… y por último, otro fin de semana en Navalagamella en el que la risa constante fue el común denominador.

Pero sobre todo destaco el Curso de Terapia Floral que he impartido con Esperanza Marco a través de Valores en Red y también mi proceso como formador/facilitador/participante de El Camino del Artista, el programa de 12 semanas de Creatividad de Julia Cameron, celebrados ambos en las dependencias de la fundación CIVSEM y el acogedor parque de la Quinta de los Molinos de Madrid.

Julia Camarón (de la Isla), como diría mi tío Sátur, que decía los Beales (así como suena) en vez de Beatles, ignorando la pronunciación inglesa, escribió un libro extraordinario para rehabilitar al artista que todos llevamos dentro.

Incluso los que ya saben que son creativos o se sienten como tales, deberían leerlo o hacer el curso en algún momento de sus vidas. El bloqueo, el atasco, la dificultad, a veces no está en crear o producir, sino en luchar y defender con coraje lo que uno crea, pelear por ello y hacerlo circular o darlo a conocer a la gente sin temor.

El camino del Artista

El Camino del Artista

Creatividad es todo, no hace falta ser pintor, escritor, escultor, músico o cineasta para ser creativo. Se puede ser creativo cuadrando balances, barriendo la casa o fregando los platos.

Leyendo por tercera o cuarta vez el libro de la Cameron, me he dado cuenta de que la mayoría de las personas tiene la creatividad muy muy atascada en sus vidas y se sabotea en alguna parte del proceso.

El atasco se produce en varios momentos: al comienzo, durante la ejecución, o a la hora de creer en lo que uno ha hecho y enseñárselo a los demás para comercializarlo, cobrar un precio, valorarlo.

Domesticados por el sistema, como individuos útiles para la maquinaria de producción, entramos en la rueda de adaptarnos o quedar apartados… y acabamos siendo exprimidos en trabajos que odiamos, en los que languidecemos o que nos van consumiendo y que no tienen demasiado que ver con aquello que amamos y sentimos desde el corazón.

No damos crédito ni carta de validez a los recurrentes impulsos de querer ser o conseguir aquello que más anhelamos.

La mayoría de la gente es, en líneas generales, lo que Julia Cameron llama un artista bloqueado. En algunos casos esos artistas atascados se convierten en los aguafiestas de aquellos que no lo están. La Cameron usa el término enloquecedores para referirse a los que, queriendo o sin querer, te atascan, te arrastran a su estrecho mundo de visión limitada, te erosionan y tratan de que no alces la cabeza y seas tú mismo.

Julia Cameron

Julia Cameron

Yo tuve mi buena ración de enloquecedores y bloqueadores desde que estoy en el mundo. Mi infancia y adolescencia son una pequeña guerra de Vietnam en éste sentido. Poco apoyo familiar, poco refuerzo a mis intereses e identidad personal y poco menos que esconderme para crear y ocultar lo que dibujaba (por entonces yo me dedicaba a los cómics), hasta que llegó un punto que perdí toda la confianza en mi mismo y ya solo creaba en soledad, encerrado en un cuarto o cuando me quedaba en casa solo.

Mis padres y mi hermano, para su desgracia, pues creo que eso los hace profundamente desdichados, son personas del tipo que ha fabricado la sociedad de consumo: Sus mensajes no verbalizados más habituales son “eres un idealista”, “los sueños no existen”, cumple con tu deber, trabaja como un burro, y fallece.

Mi primera mujer, muy buena gente, -pero con mucho genio e intransigencia- también estaba creativamente bloqueada.

Y mi segunda pareja, azafata, de la que ya he hablado alguna vez aquí, no digamos. Una persona ocupadísima, ansiosísima y completamente desubicada, viviendo siempre en permanente jet-lag, sin estar presente en su vida, en la de sus seres queridos… y sin habitar su cuerpo. Qué locura.

Pero lo cierto es que uno elige a ese tipo de gente para seguir atascado. Una novia que te arrastra a su mundo de prisas enfermas sin tiempo para el verdadero encuentro, la verdadera intimidad; un novio que te maltrata o intenta que abandones tu propio camino haciendo que pierdas la confianza en tí misma, unos amigos que te critican o contagian sus miedos, que te juzgan o se burlan de tus primeras creaciones, unos padres que no te dejan ser tu mismo y te cohartan, manipulan o chantajean emocionalmente mediante la culpa o haciéndote creer que les debes algo… Elegid cuál ha sido vuestra fórmula para seguir bloqueados hasta hoy. Solemos usar varias a la vez.

A veces el peor enemigo es uno mismo, la inseguridad, los miedos, los “no valgo”, los “no sirvo”, los “qué vergüenza me da mostrarme, enseñar mi arte, compartirlo con otros”. Damos fuerza a los demás no creyendo en nosotros.

Yo permití durante años que muchos bloqueadores me atascaran con sus críticas, ausencias, rechazos, extorsiones, mentiras, faltas de atención o aprecio, o con sus constantes demandas para asuntos que no me interesaban nada y a ellos les preocupaban muchísimo. Los elegí inconscientemente para no afrontar al creador que llevo dentro y para no sacar todo lo que había en mi interior… por inseguridad, por temor, por falta de confianza.

Me contaba excusas, no estoy suficientemente preparado, aún no es el momento, tengo que aprender y formarme más, tengo que mejorar…

Y al final nunca empezaba. Estuve años atascado o con mi creatividad renqueando bajo mínimos por ésta circunstancia.

Hoy eso ya no me sucede y, aunque sigo luchando contra ciertos atascos durante el proceso de creación, sobre todo en la parte final de hacer circular lo que escribo, enviarlo a concursos, publicarlo etc… (tareas muchas que delego en mi editora y agente Nuria Onega)… desde hace unos añitos me rodeo de personas que son sanas para mi creatividad, que no la secan, critican, o agostan, sino que la nutren y la hacen crecer.

El problema de perseguir los propios sueños

La mayoría de nosotros no se atreve a soñar ni a perseguir sus sueños y se conforma con una vida de derrota, resignación, anuencia, o un trabajo más o menos seguro (ahora, en la moderna sociedad hacia la que caminamos, ya ni siquiera el trabajo es algo seguro, por lo que el precio que las empresas y el sistema van a pagar a medio largo plazo por tener a la gente constreñida, mal pagada y viviendo en constante incertidumbre, será alto… posiblemente ni lo puedan pagar).

Pero el universo premia a los valientes, a los que saltan al vacío sin temor o aceptando que están muertos de miedo, pero lanzándose pese a todo.

Joseph Campbell, el célebre autor del Viaje del Héroe y tantos libros sobre mitología y antropología, tiene una frase que debería ser una máxima o ley para nosotros: Sigue tu gozo y se abrirán puertas donde las puertas no existían.

Joseph Campbell

Joseph Campbell

¿Qué es lo que os hace felices?

Probad a lanzaros y luego me contáis lo que os pasó.

Cuando uno se lanza, la red aparece y empiezan a suceder acontecimientos sincrónicos, casualidades que nos abren y suavizan el camino. El universo conspira para que cumplamos nuestros sueños. Cierra puertas que no debemos recorrer y abre otras por las que el camino está libre.

Si dudamos, nos pone obstáculos, si somos tibios a la hora de lanzarnos, nos zancadillea, si tenemos miedos, nos los confirma y nos los pone delante.

El Universo te muestra lo que llevas dentro y lo refleja en tu vida.

Si eres hostil con la gente, te devuelve hostilidad, si eres amoroso, te devuelve amor. Si no te entregas, aparece en tu vida gente que no se entrega. Si mientas, te mentirán, sin haces daño recibirás todo ese daño.

…Y luego viene la Prueba

Cuando, tras un largo debate interior, nos atrevemos al fin a hacer eso que siempre quisimos hacer, aparece la Prueba del Universo. Esta prueba está destinada a comprobar si de verdad queremos seguir ese sueño, si lo anhelamos desde el fondo de nuestra alma.

Por ejemplo, tras años de dudas, decidimos dejar nuestro aburrido o estresante trabajo y mudarnos a la costa y lanzarnos con esa profesión que siempre anhelamos pero nunca nos atrevimos a desarrollar. Entonces aparece el aguafiestas de turno, la dificultad, el antiguo novio o ex para embaucarnos en su problema de entonces o uno parecido ahora, surge el trastorno inesperado, la avería en casa, la enfermedad de ese familiar rémora y pesado que siempre vivió colgándose de nuestro cuello, el vecino extorsionador, la suegra enloquecedora, el hermano demandante… todos ellos vienen para ponernos a prueba.

Si cedemos, si claudicamos, volvemos a quedar atrapados en la vieja red en la que estábamos prisioneros.

La vida nos está evaluando. ¿Deseamos ese cambio, ese sueño con las suficientes ganas?

Solo hay una opción. Ser honest@ con un@ mismo y lanzarse.

La vida no solo consiste en la lucha por la supervivencia, también podemos perseguir nuestros ideales, nuestros anhelos más profundos.

Si superas la Prueba, que a veces es una combinación de varias, el camino se hace más fácil.

abundancia

Obstaculizamos la Abundancia

No debemos olvidar que somos nosotros quienes, con nuestro temor, miedo y dudas, obstaculizamos todo el proceso de recibir los regalos del cielo. Las bendiciones llegan constantemente a nuestras vidas, pero no las vemos, no las valoramos, ni las apreciamos.

Llegan constantemente amigos, parejas, oportunidades, pero no les damos valor, de hecho, ni siquiera los vemos cuando se acercan. Chicas estupendas a las que no prestamos atención, amigos que dejamos escapar, puertas que no nos atrevemos a cruzar y caminos que nos asusta recorrer.

No valoramos lo que hay, no apreciamos a la gente, las circunstancias, el presente… y seguimos entrampados, prisioneros de los viejos patrones, de nuestros miedos.

Siempre tenemos una idea tan cerrada y restringida de lo que deseamos, que cuando algo incluso mejor aparece en nuestra vida no somos capaces de reconocerlo.

Si somos cobardes, una pareja que nos haga permanecer en la cobardía (y a la que luego echar la culpa de que no nos deja ser nosotros mismos) nos viene bien para seguir atrapad@.

La ley del Universo es la siguiente, no hay que hacer nada, solo SER uno Mismo, conectar con lo que llevamos dentro y atrevernos a expresarlo en el mundo, con todas las consecuencias que ello implica.

Si hacemos ésto, todo viene a nosotros por derecho, forma parte de la Ley Divina Universal, pero estamos constantemente dificultando el proceso de recepción de abundancia y bendiciones.

Nos peleamos, tememos el éxito, nos cerramos a lo nuevo, decimos no a las oportunidades, no escuchamos las señales, no recorremos el camino de la felicidad, sino el del temor, el del miedo.

En ésta sociedad en la que todo consiste en sobreadaptarte, seguir el carril, andar por caminos trazados y hacer lo que se espera de ti, no nos han enseñado a soñar, no nos han enseñado a creer en nosotros y a lanzarnos sin temor al vacío. Nos han adiestrado para que sigamos las reglas, acatemos las normas y nos autolimitemos.

Quebrantar las reglas y las normas no significa burlar a la Ley del país en el que vives, cometer delitos o hacer siempre lo que deseas a costa de los demás. El respeto al orden establecido y a las demás personas debe imperar siempre… pero que eso no nos impida ser libres y seguir nuestro sueño.

En ningún lugar está escrito cómo debemos vivir nuestra vida y nadie tiene derecho a decírnoslo.

Las ciudades, el mundo, están hoy llenos de normópatas… defensores de la normalidad, personas que doblan la cerviz ante el sistema imperante, sin plantearse que la vida pueda ser otra cosa, lo que ellos quieran y deseen para sí mismos.

La sociedad entrena y domestica a la gente, la convierte en tontos útiles para un mercado depredador que sigue matando de hambre a cerca de un tercio de la población mundial y permitiendo desigualdades que avergüenzan a cualquier persona con sentimientos.

Pero ¿tu qué es lo que quieres hacer con tu vida? ¿A qué deseas dedicarte?¿Cuál es tu anhelo?¿Cómo te gustaría ganarte el pan?¿Cuál es tu sueño?

Si no lo sabes, el primer paso es conectar contigo mism@, una labor que puede llevarte años de autoindagación y trabajo personal.

Y si ya lo sabes lo tienes más fácil, solo tienes que atreverte, porque el Universo siempre, siempre, Responderá.

Este artículo aparecerá publicado en dos de mis blogs, VerDeVerdad y el Guasinton Post, así como en algunas páginas de Facebook. Me pareció oportuno difundirlo en varios foros debido a naturaleza de su mensaje.

Gracias a Dios, Gracias a Julia Cameron y Gracias al Universo por inspirarme para escribirlo.

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Tras unos días tontos, tirando a tristones en los que la vida se me había convertido en algo así como una acelga chuchurría mordisqueada por un abisinio con eccemas, tardé algo de tiempo en resolver el enigma del desamor, pero al final creo que lo he conseguido.

Y gracias a ello, Eugenio, el Eugenio de siempre, el que hace años se reía hasta de los semáforos, ha resucitado.

Uno tiene tantas cicatrices, que las tarascadas de la vida se están volviendo -y eso me asusta- como caramelos de menta que mascas y trituras entre tus dientes.

¿Me estará saliendo costra? Temo volverme insensible a mi entorno cuando mi capacidad de recuperación emocional me restaura tan rápido que parezco el Lobezno de las emociones. Abrir herida, cerrarse herida.

Hace unos días escribía sobre la sensación de soledad que a veces me aqueja, no soledad física, sino interna, muy profunda y casi transpersonal, cuando observo la falta de amor de la gente a mi alrededor y constato que, en líneas generales, la gente, en su vida, está más perdida que el Barco del Arroz. Algo que antes ya sabía, pero que cada vez me resulta más doloroso constatar.

Cuando observo falta de amor por ellos mismos, por los demás, por los animales, por las circunstancias, por el mundo en que viven, me pongo muy triste. Soy así, estoy hecho de materiales raros y volátiles, muy sensibles al entorno.

Y los corazones cerrados, incapaces de amar realmente, esos son los peores, los que más daño me hacen.

Porque no se si os habéis dado cuenta de que mucha gente se cree que ama, pero ni ama ni le han amado en su vida… o cuando le han amado no ha sido capaz de sostenerse ahí.

Hay gente tan maleada por la vida, que ha dejado de sentir hace ya mucho y no lo sabe.

Gente poco abrazada y querida en casa, poco amada por sus padres (sin saberlo, pues afrontar ésto sería terrible para ellos), que perpetúa esa gelidez emocional en su vida, estableciendo relaciones sin amor con hombres y mujeres que tampoco sienten gran cosa, para igualar así las tornas.

Gente que confunde sexo con amor y que navega entre un roce físico constante, para sentir algo dentro de si… y un querer difuso tipo ong, de afecto global y hippie a todo el mundo, pero luego de Amor, amor profundo y verdadero, ese que aparece tras la extinción del enamoramiento inicial, muy poco.

Observo a gente que vive disociada de su cuerpo, de su corazón, de su alma, como tantas veces me pasó a mi en el pasado… viviendo en una constante dinámica de dolor y anestesia perpetua.

Esa gente.

Esa bendita y maldita gente.

Duele de cojones, señores.

Duele como su puta madre, como si te atravesaran con agujas y luego te dieran martillazos en los Kinder sorpresa y luego te los regaran con zotal y viniera un pitbull y te los mordiera.

Así me duele… solo que en el pecho, y de modo menos físico y mucho más hondo.

Durante días, sumido y abismado en mi propio tormento emocional por éstos temas y por el contacto con ésta gente, gente incluso a la que aprecias y amas, gente a la que podrías amar todavía más, le pregunté a Dios qué sentido tenía todo, a ratos me cabreé con él, a ratos incluso le insulté… pero como El/Ella es Dios, no me lo tomó en cuenta. Nunca lo hace.

¿Porqué eres tan injusto? Le dije ¿Porqué permites que suceda ésto? Insistí. Luego me cagué en su puta madre, directamente.

Cualquiera que me estuviera escuchando, yo a voz en grito (literal) en mi habitación, tumbado en la cama a las dos de la madrugada y gritándole al techo con furia, pensaría que me había vuelto loco.

Joder, lo pienso hasta yo…

Durante días he buscado el secreto a éste enigma del desamor, al secreto de la falta de amor en el mundo y anoche, volviendo a casa de una reunión de formadores de una asociación que estamos montando, tuve la respuesta.

Mi amiga Esperanza Marco (http://www.mividamenecesita.es/) y yo volvíamos en metro a casa conversando de nuestras últimas tormentas emocionales.

Al llegar a los torniquetes del metro vimos a un muchacho sordomudo al que acababan de hacer un tatuaje en el brazo: sangraba.

No le habían puesto el preceptivo rollo de film de plástico, no le habían vendado, sencillamente le habían dejado la herida al aire… y tenía mala pinta, la verdad.

El taquillero del metro no podía dejarle pasar con esa herida, la ley dicta que no se puede entrar en la red de metro sangrando o herido, por salubridad de los pasajeros, incluido por salubridad del que sangra.

El muchacho y su chica, también sordomuda, discutían con el empleado de metro, se desesperaban porque no le iban a dejar pasar. En ésto, Esperanza, que tiene un corazón inmenso, que se desvive por los demás, que es una salvadora de primera, decidió ayudar al chico y con unos kleenex y cinta americana vendó el brazo del chaval para que le pudieran dejar pasar.

Al hacerlo, sin querer, se le golpeó la bolsa que traía contra la chapa de uno de los torniquetes y se le rompió una botella de agua de rosas, algo que para ella es muy muy preciado y querido.

Vi como los ojos se le llenaba de lágrimas. Ella ya no está en ese punto en que uno se dedica a salvar a los demás para que lo quieran, lo hace siempre por pura entrega, por pura solidaridad y amor por los otros.

Y por ayudar al muchacho, a un muchacho a quien le daba lo mismo sangrar, un muchacho que acabó pasando de todo y marchándose sin más, ella había perdido algo muy precioso y de gran significado emocional.

corazón parcheado

Nos miramos.

Habíamos vuelto charlando del desamor, de la gente que no siente, de las relaciones amorosas tormentosas… ¿qué teníamos que aprender de todo ésto?

Ella lo enunció de la siguiente manera: Por ayudar a otro, yo he perdido mi Esencia.

Y esa era la lección que teníamos que aprender. La respuesta al enigma de la falta de amor en el mundo que he estado buscando estos días.

También venimos a aprender esa lección, la de no dejar de amar, pero reservar el amor para aquellos que lo merecen. Amar, pero sin dejar de amarnos, de protegernos.

Por eso: no pierdas tu esencia por ayudar o salvar a otro. No cierres tu corazón cada vez que te lo rompen o lo ignoran, cada vez que el otro está cerrado, tiene el pecho de piedra, no te ve, no le importas, no es capaz de apreciar lo que eres o quien eres ni lo que le das ni lo que podrías darle….

No dejes de ser tu mismo por nada ni por nadie.

No permitas que pisoteen tu dignidad ni tu corazón. No ayudes a quien no lo merece o no lo puede apreciar. Solo presta tu apoyo a quien te lo pide, sin perderte tu en esa ayuda.

Y sobre todo, por encima de todo. No dejes de amar.

Porque tu eres amor y amor es lo único real, lo único que existe.

Por si no te habías dado cuenta -y muchos aún tardarán muchas vidas en averiguarlo- Amor eres Tu, Amor es tu Esencia.

Y me acabo de dar cuenta de que éste artículo es válido para dos de mis blogs. El Guasinton Post y VerDeVerdad.

Así que lo colgaré en ambas publicaciones.

Gracias, Universo. Mil Gracias por la respuesta.